lunes, 2 de mayo de 2011

'Thor' A martillazos

No es la mejor de las aventuras de Marvel en la gran pantalla, pero tampoco es la peor. Kenneth Branagh dirige con sencillez una historia eficaz, mucho más cómica de lo que pudiera parecer. Para poner el cerebro en modo palomitas.
 Todo parece estar claro en el gran plan de Marvel. A partir de la correcta ‘Iron Man’ (Jon Favreau, 2008) la millonaria compañía se decidió tener el control absoluto sobre las futuras adpataciones de cualquiera de sus personajes. Así, con las miradas puestas en la próxima ‘The Avengers’ (Joss Whedon, 2012), todas las películas previas a ese megaproyecto están cortadas por el mismo patrón.
Se intentó rehacer en cierto modo a Hulk —a pesar de Edward Norton, un film muy aburrido obra del impersonal Louis Leterrier—, se repitió esquema en la segunda aventura de Tony Stark, con resultados prácticamente idénticos al primer film. Ahora con el Dios del trueno se ha hecho otro tanto de lo mismo, aun contando detrás de las cámaras con alguien de la talla de Kenneth Branagh, experto en Shakespeare, y director de grandes obras como ‘Mucho ruido y pocas nueces’, ‘En lo más crudo del crudo invierno’ o ‘Trabajos de amor perdidos’, entre otras. Con la taquilla dándole la espalda desde la impresionante ‘Frankenstein’, Branagh era sin duda el director adecuado para la adaptación sobre Thor. El resultado es otro producto made in Marvel en el que el director ha tenido que plegarse a las necesidades de los productores, aunque en algunos momentos haya logrado dejar su huella como autor.

De momento, esta primera aproximación cinematográfica al mito nórdico que Stan Lee y Jack Kirby es justo lo que es. Un cursillo de mitología asgardiana básica para novatos. Que, al fin y al cabo, va a ser la mayoría de gente que se aproximará a las salas. Es a ellos a quien hay que presentarles a los Gigantes de Hielo, a toda la tropa asgardiana, el poder del martillo Mjolnir o las bondades del puente de Bifrost. Y cuidarse de sumarle a ello apariciones especiales para los miles de del fans del dios del trueno (el recurso de El Destructor, el guiño a Donald Blake, la aparición de Ojo de Halcón interpretado por el carismático Jeremy Renner al que volveremos a ver en la próxima The Avenger y etcétera) y un respeto por el cómic meramente moderado, adaptado a conveniencia para el público màs comercial.
 Mucho término medio para algo que apuntaba a la grandeza. Que debería haber alcanzado la gloria. "Thor" no es una mala película, ni mucho menos, pero juega en la liga del gran público, y habrá que valorarla desde ese punto. No hacer sangre a la luz de una sucesión de aventuras y momentos de acción de corte casi familiar que da a todo  un toque de agradabilidad.  Kenneth Branagh que desata una faceta aún desconocida en él (la de director de acción) sin hacerlo del todo mal y al mismo tiempo sin lucirse en ningún momento con ningún hallazgo especialmente estimulante.

El británico dirige bien, siempre lo ha hecho, y obviando esa extraña insistencia en los planos rodados con el eje de la cámara inclinado, se desenvuelve con franca facilidad entre esos dos mundos (Asgard/hogar de los Dioses y Midgard/la Tierra), definiendo un contraste que termina por ser probablemente de lo más interesante de la película. Ese choque entre lo localista, lo semi-provinciano del medio-oeste norteamericano y lo majestuoso y noble de ese reino de los cielos . Gracias al choque, se tensa el cable y electriza el apartado puramente formal: derroche de medios, imágenes digitales a porrillo y estampas casi pictóricas -bien resuelto el Puente del Arcoiris- en las que, de nuevo, Branagh podía sentirse bastante cómodo. Sus dos pilares argumentales (el conflicto paternofilial y la metáfora de la maduración y construcción del héroe) son sólidos pero no apuntan nuevos descubrimientos narrativos. La relación sentimental, aun simpática, no tiene tiempo de cuajar antes de su resolución.
Lo que sí me ha agradado es que Branagh haya sido capaz de convertir a Chris Hemsworth en un actor, pues su Thor  aun que no posee el suficiente carisma si tiene algo de encanto como para no considerarlo uno de esos personajes planos que tanto abundan en este tipo de cine. Hemsworth pasa con nota el haber dado vida al dios del trueno —papel que repetirá en la citada ‘The Avengers‘—, y a su lado, sorprendentemente se empequeñecen intérpretes del calibre de Anthony Hopkins —una elección extraña, todo hay que decirlo—, René Russo —de adorno—, Stellan Skarsgård —algo desanimado—, y Natalie Portman, que increíblemente carga con un personaje casi innecesario, y cuya química con Hemsworth no es la necesaria. Ni siquiera Kat Dennings anima la función, y sólo nos quedan los cameos de Samuel L Jackson —visto después de los largos títulos de crédito finales, cuando el 95% de los espectadores han abandonado la sala— . Un casi irreconocible Idris Elba, Clark Gregg, Colm Feore y Tom Hiddleston, en el papel del sustancioso Loki, parecen insuflar más vida a sus personajes que el resto de sus compañeros con la excepción de Hemsworth. De ese cuarteto de amiguetes de Thor prefiero no hablar, porque ahí la película sí que alcanza niveles ridículos, tanto en el diseño de roles como en las interpretaciones.
Menos mal que en su conjunto ‘Thor’ es una película aceptable. Podríamos haber pedido más, mucho más, pero también podríamos haber obtenido menos, muchísimo menos. Todo parece un aperitivo, disfrutable en su justa medida, antes de llegar al gran plato ya comentado, y sobre el que las expectativas están muy altas. El error ha sido enviar a Branagh a encargarse de un aperitivo que ya estaba precocinado en los despachos de la Marvel. Un autor de su impronta merecía más.

Por: Dakkar

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